El lujo inteligente
¿Cuál es la ventaja competitiva de los productos italianos en el consumo mundial de productos manufacturados?
En el mundo hay aproximadamente 1.400 millones de personas acomodadas, es decir, con una renta per cápita que les permite comprar productos italianos. Hasta hace diez años el 90% vivía en países avanzados y solo el 10% en los emergentes. Ahora esta proporción ha cambiado mucho, gracias al crecimiento económico más fuerte de los segundos respecto a los primeros, así que poco menos de una cuarta parte reside en países emergentes, encabezados por China. Esta tendencia difícilmente cambiará y el coloso chino será cada vez más importante.
¿Cuál es la ventaja competitiva de los productos italianos en el consumo mundial de productos manufacturados? ¿Qué atrae a estos consumidores acomodados al Made in Italy? En una palabra: la belleza, entendida no solo como aspecto estético, sino también como contenido, en los elementos intrínsecos de un producto, es decir la calidad de los materiales y el esmero en la realización, hasta el punto de poder considerarse fruto de un trabajo artesanal industrial, lo que es un oxímoron solo en apariencia. En efecto, combinan el cuidado casi obsesivo del artesano y la organización y la capacidad de producción de la industria. El lema es: bonitos y bien hechos. Se trata de productos de la gama de mercado medio-alta, no de lujo, y por lo tanto accesibles (los analistas ingleses lo llaman affordable luxury, es decir lujo asequible), para la persona y el hogar: ropa y complementos, calzado, joyas, mobiliario y decoración, comida, gafas, azulejos, perfumes y cosmética. Estos son los que, impropiamente, se consideran segmentos tradicionales de la especialización comercial y productiva italiana.
En realidad, se puede innovar también fabricando botones (en un seminario para directivos de Fiat, Cesare Romiti dijo: «Si yo invento una nueva forma de fabricar botones, el botón es un producto de alta tecnología»…). Lo importante, como escribió admirablemente Carlo Cipolla -gran historiador de la economía italiana-, es saber seguir «inventando cosas nuevas que gusten». Los productos italianos bonitos y bien hechos gustan y mucho. Las importaciones globales de estos productos supera los 10.000 millones de euros, repartidos en dos terceras partes en los mercados habituales y una tercera en los nuevos y con mayor crecimiento. La cuota italiana es aproximadamente del 8 %, es decir 2,5 veces la cuota de las exportaciones italianas sobre productos manufacturados exportados a nivel mundial.
...y responsable
Made in Italy
¿Cuál es la ventaja competitiva de los productos italianos en el consumo mundial de productos manufacturados? ¿Qué atrae a estos consumidores acomodados al Made in Italy? En una palabra: la belleza. Es fruto del trabajo artesanal industrial: el cuidado casi obsesivo del artesano y la organización y la capacidad de producción de la industria.
Italia en su conjunto es conocida por su belleza: por su patrimonio extraordinario de paisajes variados y maravillosos y por los inestimables monumentos históricos que se hallan en cualquier lugar de la Península. Esta belleza es un valor de identidad que inspira a las empresas a la hora de fabricar productos bonitos y bien hechos. Al mismo tiempo, es una especie de “marca de fábrica” de estos productos, en el sentido que son codiciados precisamente por estar fabricados en Italia: piénsese en las numerosas imitaciones, así como en los guiños del Italian sounding, es decir todo lo que suena a italiano, pero no lo es.
Luca Paolazzi | Ref Ricerche